sábado, 12 de junio de 2010

ACT UP y el triángulo rosa, una lucha contra el sida; análisis semiótico y político.

El presente trabajo tiene como finalidad implementar una articulación y vinculación entre el análisis semiótico de una obra artística o como lo denomino en este trabajo; un artefacto estético interrelacionado a un análisis político, aunado a otros ámbitos de las áreas sociales y humanísticas que son fundamentales para lograr comprender la finalidad de esta obra de arte político.

La siguiente redacción es un examen de la composición de un artefacto estético del grupo neoyorquino ACT UP en relación a uno de sus más representativos trabajos que consiste en un triángulo rosa con la leyenda Silence = Death (silencio = muerte), del cual se ha desplegado no sólo el estudio sígnico y semántico de la obra, sino que al estar inmerso en la vertiente contemporánea del arte político, ha sido necesario implementar una estructura analítica con otro tipo de dinámica, ya que un mero análisis semiótico en el sentido estricto de la obra de arte, descontextualizaría y desmantelaría la intencionalidad de los productores (artistas) de dicho artefacto estético (obra artística) que ellos mismos declaran en múltiples artículos, por lo que en búsqueda de un análisis hermenéutico más apegado a la intencionalidad del autor es de suma importancia retomar lo declarado por el colectivo. Debido a estas fundamentales premisas me he visto en la obligación de analizar esta obra con otro procedimiento que también será justificado por teóricos del arte como Walter Benjamin, Néstor García Canclini y Marcelo Expósito, este último sobresaliente teórico del arte político.



La producción artística investigada dentro del proyecto político de Act Up, AIDS Coallition To Unleash Power conocido por sus siglas en ingles, traducido al español como “Coalición en torno al sida para desatar nuestro poder”, exige un análisis que articule no sólo el aspecto semiótico puro, pues el arte político solicita una dinámica diferente, ya que los artefactos estéticos son elaborados como una herramienta y no como el fin último de los productores.

La denominación de artefactos estéticos proviene de la pérdida aurática de la obra de arte, justificada en base a las ideas de Walter Benjamín en las que describe la obra de arte como un producto y herramienta utilizados más allá de los fines estéticos que tienen como fin la contemplación para la clase burguesa, innovándose en objetos que incidan en el cambio y transformación social, siendo un medio para la emancipación de los sectores oprimidos o en conflicto social. Walter Benjamín se refiere a los autores dentro de la literatura, sin embargo su visión amplificada llega a todos aquellos sujetos que conocemos coloquialmente como artistas, que para él son productores, donde el artista…“al ponerse de parte del proletariado (clases oprimidas o con problemáticas sociales), toma su decisión con base en la lucha de clases. Y se acaba entonces su autonomía. Su actividad (creación de símbolos estéticos) se orienta por aquello que es útil al proletariado en la lucha de clases…” . Ya no es más la obra con sentido aurático que tiene como fin el entretenimiento y la catarsis kantiana, sino que podría ser cambiada por una catarsis política que provoque la conciencia socio-política con miras hacia la transformación y justicia social.

Sin embargo, tampoco podemos dejar de lado al artista como productor de símbolos sociales como diría Canclini, pues “…los artistas no sólo deciden comprometer sus obras, haciendo de ellas construcciones mucho más explícitas y vinculadas a circunstancias inmediatas, sino también en aquellos momentos en que asumen una posición pública, en tanto buscan ser agente de circulación nociones que conciernen al orden social” , por tantos los artistas para Canclini manifiestan una conciencia política dentro de la dinámica social, esto es más evidente dentro del uso que se hacen de los medios estéticos en el arte político.




Para consolidar estos argumentos Marcelo Expósito escribe en relación al pensamiento de Walter Benjamín que “la obra aurática en la tradición efectúa mediante el valor del culto de la obra…mediante el culto que el espectador se ve obligado a profesar en el seno de un ritual…en el caso de la obra de arte reproductible la relación del espectador se daría, siempre de acuerdo con Benjamín, con el aparato técnico, en el seno de la política…obra que puede ser recibida de manera desacralizada y liberadora por otros espectadores” proponiendo “una teoría política antes que una teoría estética: una teoría de la subjetivación colectiva emancipatoria a través de la politización de una práctica del arte donde el arte y la obra ya no son un fin, sino un medio para la emancipación de la sociedad” . A través de estos argumentos, justifico la importancia de retomar los aspectos políticos, históricos y sociales en los que nace uno de los artefactos estéticos que quiero analizar, sin dejar de lado la importancia preponderante que tiene su origen en el seno de una lucha política de reivindicación, visibilización y dignidad como en el caso de Act Up, a favor de una respuesta contra la lucha del SIDA.

En consideración a los anteriores argumentos quiero comenzar con el contexto histórico en que surge un movimiento social representado por Act Up, que permitirá comprender con un sentido más profundo la significación e impacto que tiene la creación de su producción artística, como una respuesta a su situación social.

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